Guía para practicar la meditación y conexión espiritual

Publicado el 14 de julio de 2023, 9:01

Hoy quiero compartir contigo información acerca de la meditación y de por qué es una herramienta poderosa para conectar con tu ser interno.

En el libro Tu Ser me dediqué a compartirles información acerca de la importancia de saber en primera instancia quienes somos, enfatizando mucho en la grandiosidad de nuestro ser interno y de cómo a través de nuestra conexión con nuestra fuente podemos manifestar una vida plena y en abundancia y dentro de las herramientas que utilizamos para conectar está la meditación. Y ¿por qué esto?  Te explico un poco acerca de esta herramienta tan poderosa y a través de la cual podrás obtener grandes resultados si aprendes a practicarla con consciencia y una intención elevada.

La meditación es una práctica antigua que se ha desarrollado en diversas culturas y tradiciones espirituales a lo largo de la historia. Su origen se remonta a miles de años atrás y su presencia se encuentra en diferentes partes del mundo.

Se cree que la meditación se originó en las antiguas civilizaciones del valle del Indo, en lo que hoy es el norte de la India y Pakistán, alrededor del año 3000 a.C. Los primeros registros de prácticas meditativas se encuentran en los antiguos textos védicos, como los Upanishads, que son escrituras sagradas del hinduismo.

En la India, la meditación evolucionó y se desarrolló a lo largo del tiempo, influyendo en las tradiciones hindúes, budistas y jainistas. El budismo, en particular, desempeñó un papel fundamental en la expansión y la difusión de la meditación en todo el mundo, gracias a la enseñanza y las prácticas de Gautama Buda.

En otras partes del mundo, también se han desarrollado prácticas meditativas únicas. Por ejemplo, en China, se encuentra la tradición de la meditación taoísta, que se enfoca en la armonía con la naturaleza y el cultivo del Chi (energía vital). En el budismo zen, que se originó en la antigua China y se desarrolló posteriormente en Japón, se practica la meditación Zazen, centrada en la atención plena y la observación directa de la realidad.

Además de las tradiciones orientales, muchas culturas indígenas de todo el mundo también han practicado formas de meditación. Por ejemplo, los nativos americanos, los aborígenes australianos y los maoríes de Nueva Zelanda han practicado la meditación como parte de sus rituales y prácticas espirituales.

En las últimas décadas, la meditación ha trascendido las barreras culturales y religiosas y se ha vuelto más accesible para personas de todo el mundo. Se ha integrado en diferentes contextos, como la psicología, el bienestar, la gestión del estrés y el desarrollo personal.

Hoy en día, la meditación se practica en diversas formas y estilos, incluyendo la meditación de atención plena (mindfulness), la meditación transcendental, la meditación vipassana, entre otros. Cada enfoque tiene sus propias técnicas y objetivos, pero todos comparten la búsqueda de la quietud mental, la expansión de la conciencia y el cultivo de la paz interior. Pero más allá de conseguir atención plena, quietud mental la meditación nos permite conectar con la fuente infinita de las posibilidades que es la fuente pura de nuestra energía vital.

Es por lo que hoy en gratitud con la vida quiero compartir con todos ustedes una guía para conectar con nuestro ser interno a través del ejercicio de la meditación.

Toma respiraciones conscientes, siguiendo la ruta del aire desde que entra por la nariz hasta llegar a los pulmones. Empieza a airear de forma intencionada tu cuerpo, llevando tu atención a cada parte de este desde los pies a la cabeza y luego de la cabeza a los pies.

Entra en contacto profundo con las sensaciones del cuerpo: la postura, áreas de nudos o malestares. Conéctate también con los sentimientos o emociones que están allí latentes o que empiezan a aflorar. Observa qué sensaciones aparecen y toma conciencia del campo energético interno del cuerpo, suelta los pensamientos sobre el cuerpo y déjate sentir ahora… Si algún sentimiento o emoción aflora, permítela e intensifícala todo lo que puedas. Ahonda tu atención con cada sensación y observa cómo se expresan las diferentes emociones en el interior de tu cuerpo:

¿Qué sientes y dónde las sientes?

Y saca sonidos o haz movimientos que sientas necesarios para seguir en esa conexión profunda con el interior de tu cuerpo y con lo que se manifiesta en este campo interno hasta que logres hacerte uno con ella.

A medida que vas haciendo este ejercicio puedes empezar a notar como poco a poco se va disolviendo la distinción entre lo interno y externo y de esta manera puedes empezar a trascender el cuerpo…

Cuando logras trascender el cuerpo entras en el reino del ser superior, y puedes empezar a experimentar esta unión contigo mismo y con todo, puedes empezar a experimentar una aceptación profunda por ti mismo… mantente en este estado el tiempo que te sea cómodo.

Poco a poco vuelve a tomar conciencia del cuerpo físico y de tu respiración, bajando nuevamente al mundo de los sentidos físicos y cuando te sientas listo, puedes abrir los ojos.

 

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